Nada por lo que felicitarnos
Llegado este momento, toca desmadejarse un poco. Como ateneísta se impone felicitarse porque, uno ha visto parcialmente hecho realidad el sueño de unir corazones que potencien y agiten la vida cultural de Palencia, que remuevan conciencias, que susciten ideas, que nos sorprendan de vez en cuando con la palabra de un autor, de un cantautor, de un artista. Pero no se fien, no piense nadie que remover o agitar conciencias es un lema cualquiera y ya está todo hecho. Por idéntica ilusión pasé con la fundación de Fuente Cobre a primeros de este siglo. Y alcanzamos los 300 socios en la montaña, un record de milagro en un lugar tan lejano, de todas las manos olvidado. Por un lado, me gustaría poner punto final a esta Madeja. Lo medito, lo doy vueltas. O me arrastra el entusiasmo, o me descoloca la apatía, que ambos luchan por imponer su criterio a estas alturas de la vida. El entusiasmo porque te siguen rondando ideas en la cabeza, como para no descansar nunca y, la apatía, que se cuela