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135 años de Diario Palentino

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Cuando los responsables de “La huella del Románico” se pusieron en contacto conmigo para que diera una charla sobre los canteros en tiempos del románico y acepté, la introducción versó sobre las páginas de este diario que ahora cumple 135 años. En el 135 aniversario de Diario Palentino Algunos tienen una memoria prodigiosa, yo no puedo vanagloriarme de eso, a pesar de haber escrito centenares de artículos, pero sí recuerdo, como si fuera hoy, cuando mi padre, concluida la jornada, iba dándonos titulares e, incluso, cuando algo le gustaba de manera especial, lo leía en voz alta. Aquello incentivó de alguna forma mi deseo de contar la historia de mi tierra que ya comenzaba a verla seca de atenciones, llevando como testigo la obra de arte de su iglesia, cuando todavía el Románico era un tesoro escondido y nadie se había fijado con detenimiento, salvo los escasos cronistas que contaban sus gestas, en las montañas y los valles que nos acompañaron siempre. Precisamente, atendien

Mudá

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Con el nombre de Mudave o Mudá se localiza una referencia del año 1059, en un privilegio otorgado por Fernando I. En otros documentos se dice que perteneció este lugar durante algún tiempo a la Abadía de Lebanza. En el censo de 1591, la población aparece incluida en el Condado de Pernía y se sabe que a finales del siglo XVIII era señorío secular del Conde de Siruela. Según el historiador Julio González, durante la segunda mitad del siglo V se convirtió en una fortaleza para los visigodos y lo cierto es que dentro de sus cuevas se han encontrado restos de las primeras ocupaciones prehistóricas a lo largo de todo el valle. Mudá debió ser un importante centro político en los primeros tiempos de la repoblación. Su topónimo hace clara referencia a la "Muga", mojón o frontera determinada por la peña "El humano" y su mirador que domina el caserío. A las afueras, en una pequeña loma, se encuentra la ermita del Oteruelo, edificio de transición entre el románico y

¿Quién manda qué?

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En agosto de 2005, un bloguero muy conocido se dispuso a recorrer buena parte de la provincia de Palencia, desde Carrión de los Condes hasta Aguilar de Campoo, donde se suma a los cursos que realiza la Fundación Santa María la Real y, en una iniciativa de puertas abiertas, puede tomar, sin impedimentos, imágenes del interior de Santa Cecilia con el fin de mostrarlas después en ese blog sobre el románico que administra. Allí queda patente su enojo:   "¡Que diferencia con lugares como San Andrés del Arroyo, Rebolledo de la Torre o Santillana del Mar, donde un energúmeno, que lamentablemente debe de ser sacerdote del templo, además de gritar atronadoramente a quienes alzaban cámaras de fotos, azuzaba hacia ellos al guarda de seguridad de una empresa privada contratado a tal efecto... ¿Esta es la casa del Señor?. Insisto en mi particular cruzada contra ellos: Déjenlos en "su paz", no los molesten. No vayan. No los subvencionen." No hay un término medio. A lo larg

Monasterio

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Situado en un collado, a más de mil metros de altitud, se convierte en un balcón hacia la Vega del Pisuerga. En una meseta cercana, se localiza el Castro de La Peña, donde se aprecian restos de los muros de carácter defensivo, como sucede con el levantamiento calizo de "El Castillo", donde también se localizan restos de un muro de sillería y una necrópolis. Las escasas investigaciones hacen referencia a lo que pudo ser un asentamiento, no precisando si se trata de un lugar de ocupación continuada o estacional. (52) En 1753 figura como lugar de señorío de la Marquesa de Villena y Aguilar y aunque no abona derechos de señorío, hace entrega de diversos productos, entre los que se cuentan 85 huevos y 60 cántaras de vino de Campos, aportando además 17 obreros para recoger la hierba. Su iglesia de la Asunción es de estilo románico. Se trata de un edificio de una nave, a la que se adosa otro cuerpo rectangular que hace de sacristía. Su espadaña, tardorrománica, consta de tr

La huella del románico

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He nacido donde nace una de las más bellas espadañas del románico y en un entorno donde te das de frente, a cada paso, con el románico más puro. A finales del pasado mes de Julio, en compañía de Eduardo Gutiérrez, amigo guardense con el que comparto tantas sensaciones y retazos de vida, y con la complicidad de Cristina Párbole, todos tras la huella del románico que atesoramos, volvíamos a visitar el interior de la iglesia de Santa Cecilia, en Aguilar, una de las obras claves del románico norte. Allí sorprenden los capiteles vegetales e iconográficos, especialmente, el que relata el dramático episodio de la Matanza de los Inocentes. "Hasta de Tokio han llamado preguntando por él" -nos dice la guía, quizás para que nos impliquemos más en la observación de los detalles-. La elaborada cota de malla que cubre a los soldados, los pliegues de sus mantos, los botines que calzan... Al fondo de la iglesia, en la pared que mira hacia la puerta principal, y obra del escultor Ursi