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Intorcisa

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En 1826, el diccionario geográfico-estadístico de la provincia de Palencia de Sebastián de Miñano y Bedoya del año 1826 dice tiene 65 habitantes, que pertenece al partido de Carrión y al Obispado de León y que contribuye con 534 reales. Unos años después, Madoz describe este lugar con seis casas de mala construcción y una fuente de buen agua, donde según el censo de 1842 vivían 31 vecinos. Su nombre hace referencia a una puebla dividida en dos barrios. Para los conocidos toponimistas, Gordaliza y Canal, se describe el lugar como "Población partida o dividida" y "lugar entre quebradas", lo que justifica su establecimiento entre dos hoces. En los documentos del siglo XIII, se le menciona como "Entrocisa". En el Becerro de las Behetrías (1352) figura como Controçisa y pertenecía a dos poderosas familias, con importantes propiedades en la comarca, cuyos impuestos quedan limitados a entregar al señor: una fanega de pan, mitad de trigo, mitad centeno; u

La Saga de los Mier (IV)

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Gregorio de Mier y Terán Gregorio de Mier y Terán, nace en 1796, en el pueblo perniano de Santa María de Redondo, seguramente descendiente de los Mier de Asturias que llegaron a repoblar esta tierra, como ya hemos visto en anteriores artículos, y como sucedió también en otros pueblos de nuestra montaña. Su padre, Antonio Mier y Terán, era síndico recaudador del convento franciscano del Corpus. Su madre, Antonia Alonso Terán, era natural de Piedrasluengas.  Nieto por parte de padre de Felipe de Mier López y Manuela Mier Duque. Y por parte de madre, nieto de Josef Alonso, vecino y natural de Piedrasluengas, y de Antonia de Terán, natural de Puente Pumar, en el valle de Polaciones. Los abuelos paternos de Gregorio (Libro de Velados, 1748-1852), Felipe y Manuela, se casaron el 26 de Julio de 1753, y eran hijos, respectivamente, de Felipe de Mier Duque y Josefa López. Y de Antonio de Mier y Francisca Duque. Su hermano José, el primogénito, de 25 años, figura como regidor en el padr

Turismo selectivo

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Al campo no hay que ponerle puertas y esa clasificación de gente, esa selectividad que todavía subyace en la mentalidad de muchas personas, es a mi modo de ver una de las principales causas de ese bajo rendimiento turístico que, en más de medio siglo, no ha visto una consolidación ni un crecimiento significativo. La montaña palentina se descubre como un espacio atractivo de gran potencialidad en la década de 1960, en el transcurso de las Primeras Asambleas de Turismo. En aquellas reuniones se habló de dotarla primero de infraestructuras de alojamiento, ya fuera camping, albergues, hoteles… y por otro lado, de infraestructuras recreativas relacionadas con los deportes propios de montaña: esquí, alpinismo, actividades náuticas… La preocupación de los directivos en aquellos momentos quedó reflejada en una frase que explica, tal vez, la lenta progresión turística que se ha venido contemplando desde entonces: “promover y atraer el turismo selectivo, cultural, de fina sensibilidad par

Herreruela de Castillería

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Herreruela, al extremo de la Castillería, es un lugar muy condicionado por la orografía, donde las gentes tuvieron que trabajar mucho hasta que llegó el agua a las viviendas. Sobre Herreruela de Castillería escriben los pesquisidores: "Este logar es solariego e es la quarta parte de Ferrant García e la otra quarta parte de fijos de Ferrando Días Dique e la otra meitat de Garci Lasso de la Vega". Entre sus tributos señoriales se comprenden los tocantes a la celebración de su feria de agosto, y el de las infurciones de sus vasallos en las que se añaden sueldos de homenaje, indicadores de la larga permanencia en el señorío del lugar del linaje Duque". (65) Por Herreruela pasa el cordel de ganados trashumantes llamado cerverano y en varias ocasiones se ha inspeccionado el cerro conocido como "Casa de los Moros" donde algunos estudiosos sostienen que pueden hallarse yacimientos arqueológicos. La iglesia está dedicada a San Miguel y es gótica, aunque posee elem

La Saga de los Mier (III)

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Antonio, Gregorio y Celestino Aunque los libros de bautismo, matrimonios y defunciones de San Salvador de Cantamuda están plagados de nombres con el apellido Mier, tres son los Mier -de la misma familia- que triunfan en México a lo largo del siglo XIX. Inicia dicha saga el financiero palentino Antonio Alonso Terán, que nace en Piedrasluengas en 1768 y emigra a Nueva España al final de la colonia, donde llegará a ser un miembro destacado del Consulado de Comerciantes de la Ciudad de México. Sus negocios crecen y se extienden por los puertos de Veracruz y Acapulco. Crece tanto y tan rápido que compra haciendas y fincas y su holgada posición le permite hacer préstamos a los primeros gobiernos de la República mexicana. Son los primeros años de la Independencia, de manera que, con aquel gesto, no solo impide la expulsión de los españoles decretada por esos gobiernos en 1827 y 1829, sino que se convierte en acreedor del Estado. Su sobrino Gregorio fue su continuador a quien mandó e