En Camasobres, la nieve
Permítanme que vuelva a recordar en estas líneas la figura de un folklorista palentino Luis Guzmán Rubio, que atesora en discos y libros una fuente inagotable para llegar al conocimiento de tantas personas como participaron, primero en las recopilaciones de su padre y, después, en las armonizaciones que fueron engordando el cancionero universal. Luis recuerda con muchísimo respeto la figura de su padre, Guzmán Ricis, y el año 1928, cuando su trabajo sobre el folklore local es publicado en las actas del Congreso de Praga. Alli se citan una treintena de armonizaciones entre las que se encuentran El Cura de Perales, El Papudo de Paredes, El Pingajo, Levántate morenita... Son incontables las personas y los pueblos que pasan a formar parte de este importante legado y que van de norte a sur de la provincia. Así recuerda el maestro y amigo las que le dictan en Villada el dulzainero Juan Cuevas y Juanina Rodríguez. Así mismo, las que le dictan en la Valdavia o en la Ojeda. Pero se recre