El caballero del jabalí blanco
Según refiere la Crónica de Albelda, la situación era caótica: se arruinaron las villas, la tierra quedó yerma y la población fue replegándose sobre la cordillera del norte. "Eran en poca tierra muchos omes juntados; de fambre e de guerra eran muy lacerados...". Aunque me documento para llevar ese apasionante momento de la historia al libro de "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", insisto siempre en lo que allí decía. Uno se aferra a la esperanza, y entiende y se imagina la mirada de aquellos castellanos que se van amontonando en los valles cantábricos y a quienes les empieza a acuciar el hambre y la miseria. Por eso hay que abandonar las montañas. Hay que dar el salto. De este modo, en el año 814 comienza la tarea de la repoblación. Santa María del Naranco, San Emeterio de Valpuesta, San Vicente de Fistoles, Cervera en el 818 y San Román de Tovillas cuatro años más tarde, donde el Abad Avito suena como el repoblador de los lugares de Valdegobia. Más t