Entradas

Algo te grita dentro (y II)

Imagen
Ver también: Algo te grita dentro (I)  "Un trabajo de recopilación que vale un mundo, tan preciado ahora, cuando todo aquello desaparece o queda relegado por otras historias". En el aspecto humano siempre hay personas que te comunican con su actitud, con su trabajo. Y bien se explica esto en la introducción del último libro, sobre la ingente obra del folklorista Antonio Guzmán Ricis, que sabemos que lo es y la admiramos porque ingente ha sido también la difusión que de ella ha hecho su hijo Luis Guzmán Rubio. En el libro que me remite la Diputación de Palencia, Luis Guzmán volca sus vivencias donde aparecen pasajes que ya han visto la luz en otras publicaciones, pero que no cansan, pues sabe rellenarlos nuestro amigo de anécdotas vividas en distintas provincias, como cuando llegan a Palencia para hacerse su padre cargo de la dirección de la banda de música, después de la experiencia que le precede en la de Cuenca. Luis Guzmán emula la labor de

La montaña palentina y España

Imagen
Hay un libro que merece la pena ser tenido en cuenta por todos aquellos que arriban por primera vez a nuestros lares. "Palencia Stop, de Antonio Álamo Salazar, cronista oficial que fuera de Palencia. A la entrada de ese mismo libro se cita una frase de Alcediano de Alcor: "Palencia, entre historiadores y cosmógrafos es tenida por muy noble y antigua, de quien muchos autores hacen memoria". He tenido la suerte de visitar Barcelona. Iba de camino hacia Italia y andaba con el tiempo contado para ver y admirar tanto contraste y tanta maravilla como ofrece esta ciudad mediterránea. Vi la Sagrada Familia, de "Gaudi", y quedé impresionado. Me gusta Santander. He llegado a Cantabria por todos los caminos; no en vano, Piedrasluengas -como atrás queda dicho- es una via importante de paso que nos mete de lleno por Polaciones hacia "La Laguna" (buena matanza en las Ventas del camino, bonita la yegüada de Pisueña...); y de otro lado, Liébana, bella tierra que

Algo te grita dentro

Imagen
Una de las conclusiones a la que llegas después de meterte en canción con Luis Guzmán, es el amor y la admiración que profesa a su padre. Te das cuenta, asimismo, que no es necesario tener cien años ni ser un ídolo de masas, para ganarte la admiración y el cariño de tu gente. Que no necesitas nacer ni vivir necesariamente en los lugares que te cautivaron y a los que de algún modo has dedicado una buena parte de tu vida. Que no lo haces por recibir plácemes del mundo, que lo haces por amor, por devoción folklórica, poque algo te grita dentro. Su padre, Antonio Guzmán Ricis, autor del Himno de Palencia, excelente compositor y director, nacido en Barcarrota (Badajoz) murió a los 48 años, como muchos insignes artistas de la Edad Media, cuando la esperanza de vida no iba más allá de los 50 años, pero dejando tras ellos una estela imborrable; en este caso concreto, 240 obras compuestas. Y un trabajo de recopilación que vale un mundo, tan preciado ahora, cuando todo aquello desa

El pulso de la subvención

Imagen
A últimos del pasado año, nuestros parlamentarios viajaron a Bruselas para defender ante la presidencia polaca las ayudas al sector de la minería en España. ¿Es rentable el carbón?¿Por qué necesita ayudas si es rentable? Esas son las dos preguntas que todo el mundo se hace. El sector de la minería da trabajo a cien mil personas en Europa y ha recibido más de 9000 millones de euros de subvención. Esto me recuerda, aunque sea un símil distante del asunto, a esos miles de autónomos y empresarios que siguen endeudándose año tras año, sin ayudas de nadie, para mantener a flote un "negocio" familiar que hace aguas por todas partes. Ahora se tiende a globalizarlo todo, pero ante la grave situación que se nos ha planteado, más grave cada día que pasa, y donde las medidas para atajarlo discriminan claramente a los más débiles (echar a unos para contratar a otros a precios de saldo), habrá que sentar las bases de lo que merece o no ser subvencionado. Porque la situación plantea

La matraca de San Glorio

Imagen
Para quienes se han posicionado siempre en contra de una estación de esquí en San Glorio voy a enviarles una señal de esperanza, pues si el tiempo acaba poniendo las cosas en un determinado sitio, que no quiere decir que sea el sitio mejor, parece que esta famosa estación en el ánimo de tanta gente que ve morir sus pueblos sin que nadie haga nada relevante, lo que sea, al precio que sea, incluida una urbanización en algún lugar de nuestras sierras, nunca se llevará a efecto. Es posible también que me equivoque, porque estoy oficiando de agorero, pero las últimas crónicas sobre este proyecto me suenan igual que las primeras. ¿Cuántos años llevan dale que dale a esta matraca? ¿quince? ¿Cuántos años más tenemos que esperar para verlo en marcha?  A ver, no se puede tampoco supeditar el futuro de estas provincias a la puesta en marcha de una estación de esquí, cuya primera fase, otro anuncio incierto de futuro, echaría a andar en 2015 con 23 kilómetros de pistas. La prensa ci