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Costumbres, rituales, brujería... (II)

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Quienes no han vivido en esta tierra, los que la conocen por las referencias de visitantes y cronistas, se sorprenderían de tantas hitorias como se fueron desentrañando en ella. Yo que vengo dedicado en cuerpo y alma a remover sus fueros y costumbres, todavía me sorprendo con esos relatos de poderes ocultos que fueron transmitiéndose oralmente y en los que con todo lujo de detalles se nos va describiendo el misterio que rodeó cada escenario, las pócimas utilizadas para aventar el mal y los diferentes personajes que se vieron envueltos o rodeados por ellas. Muchos pueblos de nuestra montaña, cada vez con menos fuerza y entusiasmo, han venido reviviendo costumbres en los últimos años que arrastran ese halo de misterio, siempre que quienes lo cuenten –como en casos que expondré más adelante– lo hayan vivido de algún modo en el pasado más reciente, o sean fieles transmisores de quienes los protagonizaron. Es conocido el juicio que se le hacía a San Damián, en Lastrilla, en

Costumbres, rituales, brujería... (I)

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Viejos autores hablan de los dos soles que se vieron en Formia durante el día. De Concio, el hombre que murió quemado a consecuencia del reflejo de un espejo, o de cómo en Gabies llovió leche y en Cefalonia tierra o del sol que brillo en Pisauro por la noche. En todas las épocas de la historia se han conocido casos curiosos de monstruos y fenómenos. Julio Obsecunte escribe en su “libro Prodigiorum” de cómo en Piperna nació una niña sin una mano, en Cervéteri nació un cerdo con manos y pies de persona o en otros lugares nacieron niños con cuatro piernas y cuatro manos... Religiosidad y creencia popular siempre anduvieron de la mano y no es necesario acudir a la Grecia antigua, cuyas calles estaban llenas de adivinos e intérpretes de sueños, para encontrarlo. Nuestra tierra está llena de señales que se van sucediendo desde el nacimiento hasta la muerte. Quienes por inquietud o vocación nos adentramos en la historia de estos pequeños pueblos, todavía nos vemos sorprendidos

Caravanas de mujeres

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Miguel Angel Suárez, alcalde del pueblo vallisoletano de Villafrechós, fue el promotor de una caravana de mujeres celebrada en Mayo de este año en aquel pueblo de 540 habitantes de la Tierra de Campos. También en Julio, cerca de 35 mujeres visitan el pueblo segoviano de Cobos de Fuentidueña, localidad de unos 70 habitantes, la mayoría solteros, y de donde surgieron dos parejas en la primera convocatoria promovida por Asocamu. En nuestro país se inicia la imitación del movimiento en el pueblo aragonés de Pla en 1985 y se va haciendo hábito unos años más tarde en cantidad de pequeños pueblos, como Encinasola (Huelva) o la comarca asturiana del Tineo. Agencias de viajes, Asociaciones e incluso bajo el patrocinio de los Ayuntamientos, como es el ejemplo de la localidad turolense de Fonfría o el municipio de Cárcheles (Jaén), una localidad de la Sierra Mágina con poco más de 1500 habitantes. La idea está basada en la película del mismo nombre (1951), cuando el ganadero Roy

Los 100 años de Asunción

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Decía el escritor irlandés Oscar Wilde: “Hay que simpatizar siempre con la alegría de la vida. Cuanto menos se hable de las llagas de la vida, mejor”. Pero en cien años, las llagas no se olvidan. Cuando uno llega para poder contarlo, lo primero y lo último que recuerda son las penalidades, los dolores, la ausencia de todo lo que ansiamos, los amores que no pudieron ser, la lucha titánica contra los elementos en un pueblo salvaje que ni Palencia sabía que era suyo. Herreruela de Castillería es uno de los últimos pueblos de la sierra, limitando con Barruelo y Brañosera, y sólo la aventura diaria de acarrear los cubos de agua hasta las viviendas por unas cuestas empinadas, debió ser ya, imagínense ustedes, un calvario en verano y una misión casi imposible en invierno, cuando los neveros apenas dejaban ver las casas... ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 120 PUEDE SOLICITAR UN

El futuro es la botánica

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Todos los años por estas mismas fechas, el oso se me aparece en mitad del cuaderno. No se crean que es algo programado. Ni es una aparición para incordiar a quienes tanto amor le muestran. No me molesta el hecho de proteger a una determinada especie. Me preocupa y me indigna, insisto en ello cada año, que la atención y el cuidado de ciertas especies prevalezcan por encima de los hombres que habitan estos pueblos. Me han dicho que se paga muy bien y que van a cazarle. Estoy de acuerdo; los que maten a un oso, que lo paguen; los que por el tránsito del oso se vean afectados en sus labores, que sean reconocidos y compensados. En torno al Oso pardo vive la Fundación que lo estudia y lo defiende, recibiendo subvenciones y ayudas importantes de los organismos, pero no he visto en ninguno de sus lemas la importancia de la labor desarrollada por el hombre en estas tierras. Mientras los vecinos de Muñeca de la Peña piden explicación a tanto desfalco y a la pérdida de tantas cosas en

Un paseo por Peridis

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Junto a cuatro instantáneas: una calle de Cervera, un lugar en el Valle de los Redondos, el impresionante Curavacas y la Iglesia de Santa Eufemia, de Cozuelos de Ojeda, aparecen dos bocetos de nuestro insigne dibujante.  En uno de los dibujos se muestra la colegiata de San Salvador de Cantamuga, cuya imagen antigua adjunto al redactor tal y como me la remite –recuperada de algún archivo y desde Barcelona– mi buen amigo y fiel seguidor de esta serie, José Luis de Mier. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 170 PUEDE SOLICITAR UN EJEMPLAR A TRAVÉS DE NUESTRO FORMULARIO DE CONTACTO

El Villar de Flores

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Villar de Flores, población salmantina ya desaparecida, se halla enclavada en la Sierra de Gata, en la comarca de “El Rebollar”. En este espacio protegido, refugio del lince ibérico, donde abundan los bosques de rebollo –de ahí el nombre– y predominan las pizarras, se suscita una historia muy bien investigada por María Paz de Salazar y Acha. Buscando documentación para participar en una jornadas culturales encuentra un hilo del que, seguramente, en la actualidad sigue tirando para desentrañar la historia de este paraje. Acude a buscar ayuda a Ciudad Rodrígo, en la Diputación de Salamanca y en el Archivo Nacional de Simancas, donde encuentra la trayectoria y el desenlace de este lugar, hoy dehesa de toros bravos. Desde 1580 todos sus vecinos habían hipotecado las heredades que tenían como particulares en casas, prados, huertas y linares, gravándolas con varios juros a los que no pudieron hacer frente, de manera que los bienes son embargados a petición de Manuel Enríquez de Soria.