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Parques eólicos

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A quienes han defendido por activa y por pasiva los parques eólicos, se les viene encima un verdadero impacto. Porque, más allá de las bondades de la supuesta riqueza que generan, van a invadirlo todo a una velocidad de vértigo. Lo que no se mueve para las carreteras, o para los centros de salud, vuela para la instalación de aerogeneradores, entendiendo nosotros, los profanos, que a igual velocidad entrará el dinero que se sirvan pagar por ello a los ayuntamientos u organismos palentinos. Toda la provincia de Palencia tendrá en el futuro muchos parques, lo dijo Marcelo de Manuel, pero me temo que en el norte crecerán como hongos. ¿Hay aire más puro que el que se ha respirado siempre en nuestra montaña? ¿A quién beneficia esto de verdad? Y sobre todo, interesa saber si se pondrá un límite o si se invertirán adecuadamente en nuestra zona las riquezas que genere. De la seccion del autor para la prensa: "Impresiones". Imagen: Rosario Yukatán desde Valberzoso

El prao de las angas

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Ahora recordamos, con ciertas dosis de incredulidad, muchas de las costumbres que marcaron las pautas en el entorno montañés. Muchas historias se han ido recogiendo en los libros, otras se transmitieron de boca en boca y, algunas no han trascendido porque quienes las conocían no consideraron oportuno divulgarlas. Antes de la boda, los padres de la novia recibían la pedida del novio. Llegó a mis oídos por varias fuentes una curiosa historia. El novio pidió a los futuros suegros el prao que lindaba con el suyo. La primera vez no llegaron a un acuerdo. El novio le pedía calma a la novia: "Tú no te preocupes, que aunque tu padre no me ceda el prao de las angas, yo me casaré contigo". Y cuentan que se casaron y vivieron felices. La poetisa del lugar elaboró la copla que explicaba el asunto: Gracias al prao de las angas sino, no tenemos boda. Ese es el amor que tiene el señor novio a la novia.

No y No a los desmontes

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Uno de los mayores movimientos de protesta que se han generado en la montaña, ha partido de Guardo. En Peñota, en la comarca de Pernía, el espectáculo era impresionante. Impresionante es poco. Era alucinante. En Barruelo, hace unos años, el pueblo entero se echó a la calle para decir ¡basta!. Y es bueno que, al margen de nuestros compromisos políticos o profesionales, gritemos de vez en cuando para que nos oigan, para que nadie se tome a la ligera el desfalco de un monte, aludiendo al hecho de un material que viene bien al empresario siempre y que genera ocho o diez puestos de trabajo. Es la primera vez que pienso que una protesta sirve aquí para algo si se sigue cuidando, porque no se trata de un grito aislado, ni de una queja pasajera, ni de un grupo pequeño o concreto. Me consta que varias personas que conocen y que aman de verdad el lugar donde nacieron, se han implicado hasta la médula para detenerlo. Y están dispuestos a obtener resultados. A favor de ese movimiento estamos

Javier, dixit

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Vivir al calor de la ciudad y poder salir de vez en cuando a disfrutar de la naturaleza, sin tener que pisar barro o boñigas todos los días, sin tener que ir al monte a cuidar el ganado o por leña, gritar que se está cerrados por la nieve o sin teléfono, desplazarse más de cien kilómetros o ir al médico y llamarse ecologista es fácil. Así cualquiera puede ser ecologista y estar enamorado del' oso pardo». No se puede decir más, ni mejor en pocas líneas. Javier Cuesta, sacerdote que ejerce en La Pernía, implicado en su comunidad (con los problemas y enemigos que ello conlleva, lo escribía en la revista "Sementera" hace un par de años. Todos estamos resentidos con grupos que llevan a rajatabla la defensa de la fauna, como si molestasen las gentes y las villas que se levantan en el entorno. Como si el hombre no importara o debieran trasladarse los pueblos para que los bichos retozasen en paz.

A pulmón cerrado

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Sorprende a mucha gente la actuación de algunos colectivos, que defienden con uñas y dientes ciertos hechos: véase la tala de árboles, la limpieza de los ríos... y nada dicen de la explotación a cielo abierto. O, si lo dicen, muy bajito. Me lo pregunta un vecino de aquellos pueblos de La Peña, que ha salvado una de sus tierras porque una mujer se negó a vender la que lindaba con ella. “ Si a mí me dan dos millones por ella, yo la vendo” –reflexionaba. ¿Qué haríamos nosotros si pagasen tan bien unas fincas que siempre se han dejado a cambio de un carro de leña, o por nada, o que se han llenado de maleza porque quienes las llevaban se cansaron de prepararlas? Pues eso, venderlas al mejor postor sin importarnos lo que hagan luego de ellas. Es por eso que, todo el éxito que puedan obtener quienes se movilizan en contra, peligra si un empresario sin escrúpulos y con dinero se decide a llevarles la contraria.

Misión cumplida

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El Comité de Dirección de la Agencia de Desarrollo del Norte Palentino, es decir, ACADE, ha cerrado las puertas. Sus motivos tendrá. Y razonable será su cansancio. Y alguna justificación tendrá su despedida, pero aquí nadie ha concluído nada, aquí no sobra nadie. Ninguno de los que procuramos hacer algo, a nivel político o publicitario, a nivel personal o patrimonial, podemos cerrar el libro diciendo que nuestro papel está cumplido, como si la Montaña Palentina hubiera alcanzado ya las soluciones. Me puedo cansar yo de pregonarla, o cualquier otro de escribirla y no pasará nada, pero una asociación, a través de la cual llegan ayudas, se fraguan proyectos, se generan partidas económicas importantes... no puede cerrar las puertas alegando que su papel está cumplido. Es doloroso que se rindan quienes nos venden esperanza, pero lo de Acade es un mensaje de impotencia cuando quedan por hacer tantas cosas... 2002. De la sección " Impresiones ", en " Diario Palentino &q

Volver todos los días

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Creo que es Llamazares, en una especie de libro autobiográfico, el que se recrea con los temores de la mina. La tremenda impresión que produce ver a un hombre metido dentro de un agujero diminuto, abierto en el costado de la galería, buscando la posición menos incómoda para hincar la herramienta, hasta habilitar una cueva en el aire, consciente en todo momento de que puede hundirse y atraparle. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 100 PUEDE SOLICITAR UN EJEMPLAR A TRAVÉS DE NUESTRO FORMULARIO DE CONTACTO