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Nómadas del mundo

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Ahora que tanto valor se le da a la palabra futuro, ahora que se multiplican en Internet las páginas que hablan de Palencia, ahora que casi todo el mundo dedica parte de su tiempo de ocio al senderismo y aspira de verdad este remanso de paz que tanto sentido aporta a nuestra vida, conviene matizar algunas cosas. Cualquiera puede imaginarse un mundo. Es cierto que, las historias de cada uno son distintas, que cada uno procura desarrollarlas a su modo, tratando siempre de llevar a la realidad algunos sueños. Hace unos años, Watu Acción Indígena, una organización no gubernamental, convocó en Madrid un foro internacional de debate que reunió a representantes de asociaciones nómadas y pastoriles de diversos países de Europa, Asia y África. La intención de aquel encuentro era demostrar la sostenibilidad de las prácticas nómadas y trashumantes. Aquella pretensión tal vez sea una quimera, pero tanto hemos acelerado el paso en los últimos tiempos que pretendemos, a la v

Santo Toribio

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Mi progenitor lleva muy bien los años y las cruces. No viene al caso nombrar aquí las personales, que más o menos, antes o después, nos alcanzan a todos. Conociendo su afición le invito a un viaje, y así, juntos, visitamos una vez más la comarca de Liébana. Nos dirigimos al corazón del Jubileo, enclavado en Santo Toribio. Se halla este monasterio en las laderas del monte Viorna, a pocos kilómetros de Potes, bendiciendo el paso de quienes viajan a los Picos de Europa, echando una especie de manto protector a tantas pequeñas y curiosas aldeas como emergen alrededor, y que tienen también su día señalado por los monjes para recibir el aliento del santo. El día 30 de abril del año 2000 tuvo lugar la ceremonia de inauguración presidida por el obispo de Santander, que otorga a los peregrinos que cumplen las premisas -pasar por la puerta del perdón, rezar, confesarse y comulgar 15 días antes o después de haber traspasado la puerta- el jubileo. Esto que les cuento alcanza para nosotros u

Hogar, dulce hogar

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Además de creer o valorar en su justa medida los terribles inviernos que en estas altas tierras se vivieron, siempre he recordado, por haberlo vivido en carne propia, uno de los últimos tiempos, cuando la abuela, un poco perdida la cabeza, con aquel gracejo suyo que aun en las más adversas condiciones delataba, entonaba uno de sus romances preferidos.   ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 180

Un paseo por las nubes

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En Camasobres, mientras despedimos a Felipe, el hombre que me narraba allí mismo hace unos años su supervivencia al extraperlo, miro hacia el hotel que se levanta a un paso de la que fuera su casa. Miro a los forasteros que han venido para acompañar a la familia. Frente a la iglesia (de bonito retablo interior, aunque con las paredes llenas de humedad y el suelo hundido, como cediendo un poco ante el hecho evidente de un ocaso), se levanta un hotel que mañana puede ser el futuro. La cosa pinta bien, vienen a decir todos, pero se necesitan muchos decibelios de optimismo para venir a establecerse en medio de la nada, con un proyecto que implica el desembolso de muchos millones de pesetas. Puede que la cosa pite, pero se necesita un milagro, parecen contestar los diez o doce habitantes de este pueblo, que todavía lo ven como lo viera Borges: “Estoy solo y no hay nadie ante el espejo”. Esa es la pregunta más caliente y el gran reto al mismo tiempo en estos primeros días del nuevo sigl

La joya herida

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Mucho se ha escrito sobre la Colegiata de San Salvador de Cantamuga. Su fundación por la Condesa Elvira en señal de agradecimiento –dice la leyenda– al milagro que devuelve lo sentidos a la criada para que grite la inocencia de su ama y señora. No en vano, la condesa fue conducida por la zona más agreste de la Peña Tremaya, cuando el conde estalla en celos. Ver también: La joya olvidada , en la Columna "Con Permiso" de Pedro de Hoyos Es de dominio público que la leyenda es un camino para explicar un hecho, pero presumo que muchas de las lecturas que se tejen en torno a las historias de estas comarcas, vienen arañando en buena medida la veracidad, pues parten de un castillo que los historiadores y etnógrafos aseguran que existió en la cima de la peña, cuya parte posterior muestra la agresividad que luego citan los cantores y donde sólo un milagro parece evidenciarse, caso de haberse realizado la travesía en una noche infernal, con todos los elementos en contra, inclu