Viaje al otoño (III)
De aquellos políticos, este Golobar Hace unos días, el compositor Luis Guzmán Rubio, a caballo entre Tarragona y Palencia, amigo entrañable a pesar de la edad y la distancia, estuvo en San Salvador y me dejó un mensaje, porque sabe que en estas latitudes es muy difícil encontrarme en casa. Y lo recalcó bien -según testigos- que por nada del mundo me metiera en política. Aunque con menos bagaje y experiencias, vengo movido por eso que ahora llaman cultura. Me apasiona escribir y en otro tiempo también viví la música en solitario y con otras personas. Fue allí cuando ya me di cuenta que la política estaba en todas partes, se filtraba como el agua o el aire por todos los resquicios. Era como un fantasma inoportuno que siempre paseaba sus demonios, llegando a provocar la guerra una frase que algún sector del público rechazaba por cuestiones de equivocado patriotismo. Uno de los últimos años, ofrecí en León, durante una semana, una serie de recitales. La mayor parte de los temas eran c