Entradas

El precio de la fama

Imagen
Los famosos suben como la espuma. Cuentan a manos llenas sus triunfos. Sin ellos, la vida en estos años no tendría mayores alicientes para nosotros, los restantes mortales, casi todos preocupados por las historias pequeñas. Reconozco que a este lado de la tapia echamos de menos muchas cosas, aunque no imprescindibles para vivir, sí necesarias para viajar por este mundo que el ser humano se ha empeñado en cargar de veneno. Y nada se puede hacer, esa es la impresión general, mientras tanto, ellos siguen subiendo, siguen jugándose a una carta todo. Es triste que debamos conocer a duques y princesas por detalles que poco o nada tienen que ver con ellos, huyendo a diario de la ruleta de periodistas y fotógrafos que saben que una foto puede hacerlos millonarios. Ahí están los personajes disfrazados, representando un papel cada día, fundidos entre manjares generosos, reapareciendo entre alguna que otra fiesta benéfica, cansados ya de tanto maniqueo en las páginas de sociedad de los per

Cien pueblos

Imagen
Con las labores de la siega, el acarreo y la trilla, estos pueblos de montaña despedían los meses de verano. Ahora, veinte años más tarde, el trillo, la veldadora, los garios y, todos los aperos que ayer se utilizaban para poner la cosecha a buen recaudo, se pudren en las tenadas o, parcialmente rescatados, se lucen en los museos. Más o menos, cien pueblos, que en el transcurso de un siglo han tocado las más altas cotas de progreso y se han hundido al mismo tiempo con él, porque nuestra gente se fue al despuntar del mismo en busca de otros horizontes. Ciertamente, además de la historia y el valor de cuantos se fueron, porque tras ellos dejaban media vida, una familia, un pueblo, sorprende el tesón y la fe de cuantos se quedaron. Hoy a nadie le disgusta un pueblo limpio, una casa pintada, una pared bien compuesta y un huerto bien cuidado. Si además de esto, la casa temporalmente so abre y un perro ladra en la tenada, y varios niños juegan en la plaza, intercambiándose e

La balada de los poderosos

Imagen
Alfonso Pascal Ros, poeta navarro, de Barañain, a quien encontré por primera vez en un suplemento cultural del diario madrileño ABC, cita mi nombre en el prólogo de la revista "Archione", (Madrid, 1994) –dirigida por Gonzálo de Luis–, entre media docena de personas. “Si uno no consigue hacer amigos, ayudar aunque sólo sea en sus reducidísimas posibilidades y amar a los demás, para qué sirve su obra. El gigante egoísta –añade– no fue feliz por completo hasta que los niños volvieron a jugar en su jardín”. “La casa del amigo es un refugio contra el mundo de las bocinas y del trepa, un Amazonas que se defiende de las palas y la especulación. Yo sé que hay muchas casas como esta, y son las que a mí me gustan.” Sirve este comentario de mi buen amigo para abrir el artículo de hoy, porque muchas son las pautas que en aquellas líneas suyas vienen dadas, de manera que sirven para justificar nuestro propio trabajo. La vida está llena de mentiras y, es posible, algún día lo sabr

Hogar de oficios

Imagen
Todos los artículos que vengo desgranando están confeccionados lejos de casa, en una ciudad llena de humo, por donde corre el metro más moderno del mundo.  Todo este movimiento que yo vivo casi como ustedes, a través del periódico, no me subyuga como pudiera hacerlo la casa donde nací tal día como hoy, hace 39 años. Es cierto que utilizo y comparto todos los servicios y adelantos que a empujones nos meten en ese siglo nuevo, en el que no pensaron ni los grandes genios de los ordenadores. Pero nada se puede comparar con este aliento que recibo del pueblo, con su escuela, con su iglesia, y ahora mismo con un movimiento de gentes que nunca antes alcanzó el norte de Palencia. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 200 PUEDE SOLICITAR UN EJEMPLAR A TRAVÉS DE NUESTRO FORMULARIO DE CONTACTO

Los caminos de la montaña

Imagen
Los caminos de la montaña, como los del Señor, son inescrutables. Te llevan por lugares que nunca pisaste a la cima de las más altas cúspides. Una de las visiones más increíbles la tuve en la Sierra de Brañosera, por encima del refugio “muerto” del Golobar.   Hacia un lado, la cuenca minera, como valle encantado: “luz de Madrid” –dijeron los cronistas de la época–. Hacia otro lado, como eslabón de una cadena interminable, un montón de montañas que escalonadamente te van alejando de la tierra: Sestil, Cueto Mañin, el Cuchillón, Pico Tres Mares y Peñalabra”. Muchos de ellos sé que existen, que están allí enclavados, los reconozco cuando me los nombran; los viejos del lugar me los señalan, pero lejos de este contorno a más de uno no acertaría a situarlos sin un buen mapa delante de los ojos. Hace ya algunos años, por la puerta de Herreruela de Castillería llegamos a la Cueva del Cobre, después de atravesar los lugares del Cuadro y la Centella, donde compartimos café con los pastor

La Cantabria leonesa

Imagen
José María Villanueva Lázaro, leonés de 75 años, licenciado en Farmacia y colaborador del “Diario de León”, firma en Llanavés de la Reina, el 25 de Julio de 1989, un libro extenso que abarcando toda la zona de la montaña palentina, ayudado de una numerosa bibliografía, viene a englobarla dentro de la Cantabria leonesa. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 930 PUEDE SOLICITAR UN EJEMPLAR A TRAVÉS DE NUESTRO FORMULARIO DE CONTACTO

En el nombre del hombre

Imagen
Dejando atrás el valle de Pesaguero se entra en Palencia. Piedrasluengas, que con el río bullón aporta también su baño verde al valle cántabro hasta llegar al Deva, es otro de los lugares palentinos más característicos, donde la montaña alcanza una expresión difícil de conjugar en estas entregas.  La Vega de Liébana, donde los estrategas cuentan siete valles enlazados en un círculo, con un diámetro de entre veinte y treinta kilómetros, a los pies de la montaña palentina, ha logrado en los últimos años una afluencia turística que hoy desbordaría a los viejos cronistas. Jesús Torbado, en un especial para la revista “Tribuna” citaba las palabras que hace veinte años escribiera Ridruejo, refiriéndose a la riqueza y a la miseria de este hermoso rincón de la vecina Cantabria: “conocer los más diversos cultivos y no tener bastante de ninguno”. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 200