ORÍGENES

«Hay que luchar por las costumbres heredadas porque son nuestras raíces» Carmen Luisa [ganadera]  Esta mujer, nacida en Camasobres, a pocos kilómetros del Puerto, se casó con Manolo, el de Lores. Cuando leyó la entrevista que le hicimos a Mariano Ruesga, la primera de esta serie publicada en EL NORTE DE CASTILLA, ya se le animó el rostro a la que hoy es nuestra protagonista. "¿No pensarás hablar tú sólo? parece que le dijo. Yo quiero contar cosas, ¡eh! Yo quiero contar verdades como puños y que se enteren en Palencia de lo que vale un peine." La intuición no me falla tampoco en este caso. Carmen Luisa está curtida ya por mil batallas. Lo mismo ordeña que cocina. Tanto mundo anida en su interior que la conversación se alarga durante cinco horas, un día festivo, la tarde cayendo lentamente mientras degustamos el orujo casero y después de romper el primer frío que se establece a la puerta de casa, antes de comenzar el relató que la llevará a una página del periódico. Recuerd

Primero el hombre Podríamos citar aquí mil frases de contenido auténtico. ¿ Qué será que, el hombre es lo último que ven todos los que vienen a esta tierra? Los de fuera vienen, lógicamente, a ver el paisaje. Hablan del oso, del canto de los pájaros, del silencio; mencionan alguna vez "el paraíso", "la paz", "la felicidad"... , pero, desgraciadamente, lo último que miran es al hombre que habita en este rincón de su provincia, de esta provincia, y cuando lo hacen, no siempre entienden la otra cara de la historia: la denigrante situación sanitaria, la lejanía de un punto con infraestructuras necesarias en materia médica, en materia invernal, en tantas cosas ... Nos ocurre un poco como a "esos pueblos indios que parecen felices con sus hábitos lejos de la ¿civilización?, y a quienes, precisamente, ¿la civilización? les arrebata -con la irrupción de intereses creados- la felicidad y el hábitat en el que se desenvuelven. Es verdad que el hombre de esta

«Los jóvenes se han tenido que marchar porque en la montaña no hay recursos». +Eusebio Merino, Cantero.  Es el último agricultor de Ventanilla, pueblo situado entre Ruesga y San Martín, frente a Resoba. La tierra palentina, donde abunda la piedra, dejó puentes y plazas al cuidado de este cantero de Ventanilla que, cuando empezaba, contaba uno por uno a los vecinos de Cervera en el comercio/cantina de Inocencio Simal. «Ahora -me confiesa-podemos hacer lo mismo con los de Ventanilla. Sin embargo -añade- hoy voy a Cervera y no conozca a nadie». Dicen los que vivieron aquella época que, cuando se hacia Concejo, Eusebio casi nunca hablaba, y cuando hablaba sentaba doctrina. «Hay un libro de Acuerdos de Pueblo que, seguramente, han dejado perder. Allí se hablaba de las multas, algunas curiosas: por coger el verde de la tierra ajena, una peseta... etc». Durante la larga conversación que mantenemos, Eusebio recuerda los pasajes de la revista El Roble, a Eusebio y Eufrasia, que conversaban de

«El turismo en la Montaña se puede incentivar mejorando las carreteras» + Valentín García [ Empresario] Valentín García nació en Cervera de Pisuerga y allí mismo entró en el mundo de la hostelería por su lado más humilde, como camarero en el bar Sevillano. Valentín es de ese tipo de gentes que viven siempre aliados con el riesgo, desoyendo mil veces las voces de las conciencias más cercanas que le gritan: ¿hasta dónde quieres llegar? Ahora mismo, yo diría que este hombre vive como envuelto en una nube a la que no quería llegar y de la que, sin embargo, no puede desprenderse. Cuando el entrevistador llega a un lugar de estas características, le dice más las formas, los modales, que los mismos protagonistas, quienes imbuidos en tantas preocupaciones dejan a un lado -por norma general-, detalles que para la curiosidad del lector suelen resultar interesantes. Mucha gente ha pasado por estas puertas, actores de la talla de Paco Martínez Soria o Alfredo Landa; toreros como El Viti y una

En contra y a favor de los pantanos Es sabido que, personalmente, me pronuncie siempre en contra del pantano de Vidrieros. Cuando leí un artículo de Domiciano Pastor argumentando la necesidad y las bondades de un nuevo e inmenso pantano en el Valle de Pineda, escribí un duro artículo que la dirección de varios periódicos -incluido éste-, en su día acordaron no publicar. Aquella medida, en medio de la herida, me libró, probablemente, de una fuerte polémica, Aquella ¿censura? la entendí como he entendido otras muchas a lo largo de los veinte años que vengo publicando historias. Pero -comprendiendo siempre la necesidad del líquido elemento- procedo, sobre todo, de la montaña, y allí las razones son bien distintas a las expuestas por los agricultores de Tierra de Campos. Yo no sé cómo se mide la cantidad de agua que ellos necesitan, ni sé si otro pantano más las hubiera resuelto, pero vengo con estos comentarios porque, todo lo dicho, a favor y en contra, sirvió también para que se conoc