Villablino, por ejemplo
Cuando Felipe González justificaba los ocho mil millones de gastos en el Congreso de los Diputados, yo me acordaba de los pueblos de la montana palentina. Quizá sea una parábola lo que voy a exponer, pero confío que alguien me entienda. En el Congreso de los Diputados hay más o menos, -más menos que más-, la misma gente que en cualquiera de las cuatro comarcas del norte palentino, eso contando a ujieres, limpiadoras, taquígrafos, estenotipistas etc... En las dos partes hemos de hablar de minorías. Ahora bien -que me reprendan si me equivoco: representar al pueblo no implica una diferencia, ni una consideración especial, pues cobran religiosamente un buen sueldo que entre todos pagamos y a nadie le han pedido explicaciones para invertir tal suma de dinero en arreglar asientos y adecentar en general los salones del Palacio. Nosotros, yo creo que con 4.000 millones, o sea, con la mitad, nos arreglábamos para poner en movimiento estas zonas deprimidas de la provincia. Pero como n