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El sentimiento de las tres íes

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Alguno de los posibles lectores de este cuaderno, puede pensar, si no conoce la enjundia de la montaña palentina, que estamos desgranando historias de hace cien años. Desgraciadamente, muy pocas veces vienen a corroborar lo contrario grupos y asociaciones, porque son pocos los que quedan y ya no hay fuerzas para emprender otros caminos. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS + DE 113

Hurgar en la costumbre

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Nada cuesta, una vez más, bucear por esa franja norte de nuestra geografía provincial, donde aún quedan rescoldos de aquel fuego de antaño. En Polentinos, pueblo tradicional donde los haya, este año mataron el gallo de Quico, mientras el hombre estaba en la verbena, y treparon al Mayo en pleno agosto, ya saben, aquella tradición cuando cantaba misa uno del pueblo.   Las costumbres, como la vida, han cambiado. En San Salvador y en Polentinos se cantaban las marzas y los Reyes hasta bién entrada la década de los ochenta y en el mantenimiento de toda tradición influye, me consta, la ayuda de los mayores y la disponibilidad de los más jóvenes. Hace dos años, en San Salvador, en el marco de la iglesia románica, se escenificó un nacimiento viviente. No es gran cosa, desde luego. Ni se vive con aquella pasión de años atrás, ni se vuelven los ojos hacia los ritos heredados de nuestra gente adulta. Hoy somos extraños en nuestra propia casa y el pueblo, como el mundo, están en pie de g

San Andrés: Arte y silencio

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Un poco más allá de Prádanos de Ojeda, en un remanso del camino que conduce hacia la localidad de Alar del Rey, se encuentra San Andrés de Arroyo. Dice el periodista Fernando Gallardo que el claustro del siglo XI, por el que sentía gran aprecio Manuel Azaña, es un remanso de silencio.  Las monjitas me reciben el día de la boda de mi hermana, cinco de ellas hermanas a su vez de su suegra, y una, Delia, la priora, tía de Pili Cajigal, la de San Salvador. Casualidades que, quien escribe de cuestiones, a veces emponzoñadas de política, venga a caer en este remanso, orilla de montaña, donde se labra bamba y socorrito. Y es cierto. Allí el silencio impone más que el arte. Los arcos, las columnas, los grabados en las piedras, todo es admirable, pero la fuente del patio entona los maitines con destreza, sin pausa, haciendo que el silencio que se imponen estas madres bernardas no sea tal que hasta las fuentes enmudezcan. Me conducen por un largo pasillo hacia la sala de visitas. No

Piedad Isla

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No ha sido mujer de un día. Ni una mujer cualquiera. No es un secreto para nadie que Piedad Isla pertenece a esa parte del pueblo que ha luchado codo a codo desde el principio al fin por las cosas en las que creía. Desde su estudio fotográfico en Cervera de Pisuerga, ha proyectado la montaña más allá de nuestras fronteras. Con enorme sacrificio, ha dado vida a un Museo Etnográfico y ha puesto el punto sobre la llaga en muchos engorrosos asuntos. Por citar algunos: la declaración de Conjunto Histórico Artístico para la villa cerverana y la lucha en contra del pantano de Vidrieros. Las personas que, como ella, se mueven mucho, generan inquietudes en su entorno y también, por qué no decirlo, enemigos. Piedad sabía que con un negocio en un pueblo pequeño, corre un riesgo muy grande si se mete en política o, quien dice en política, dice también en asuntos sociales, tal puede ser el caso de "Cervera Más Allá". Recuerdo una fuerte polémica, a propósito de la urbanización,

Broco

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Un intelectual, Manuel Broco Barredo, escribe acerca de los mineros de Asturias, en una pequeña e interesante revista que edita el grupo madrileño Cero. ¿Qué le está permitido desear a un minero de Mieres? -se pregunta. Todos los mineros, los de Palencia también, se preguntan muchas veces por su vida, por su futuro, cuando las minas cierran, condenados como están a eso que llaman silicosis. Mi amigo Vega Antuña, que contaba historias de la nieve en aquel famoso «Cimbalillo», y que regentó el economato de las minas en San Salvador, además de llevar la gestión de las de Castrejón de la Peña, sabe mucho de lo que pasa fuera de la bocamina. Por su parte, Lorenzo, el del Campo, un picador de primera retirado por respirar en las cavernas de la "Eugenia", sabe todo lo que pasa dentro. La Montaña Palentina se ha llenado de luto muchas veces. Ha muerto mucha gente en situaciones confusas, trabajando en condiciones infrahumanas, boquetes laterales por donde justo entra el cuerp

Una casa en Pineda

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Un paseo por la memoria. Casi daba por hecho entonces, el nuevo pantano que finalmente no se hizo. He vuelto al Curavacas. Caloca, al otro lado de Casavegas, ya tiene carretera. Tantos años, tantos gobiernos y ha sido el polémico Hormaechea el que ha puesto un servicio imprescindible en aquella parte de la montaña. A éste le echan los tejos porque ha dilapidado una fortuna en cosas para el pueblo, mientras otros se llevan las comisiones y aquí no pasa nada.  Caloca es el punto álgido de la belleza suma. Más arriba, en Pineda, conviven todas las etnias de Pernía. Tañuga y Secarro, puertos de Lores; Pomar, de San Salvador y el puerto de Cortes, de los Quinitos de Lomeña, pueblo del Ayuntamiento de Pesaguero. Puertos, todos, donde se sigue alimentando la trashumancia. Cuentan los más viejos del lugar, lo ocurrido un cinco de junio, nadie me ha precisado de qué año. Nevó y trashumantes y vecinos de los pueblos tuvieron que bajar con su ganado. Nuestro puerto termina en la Collada

Caminos

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La asociación cultural «Pernía», cuyas actividades, por muchos conceptos, se han visto mermadas en los últimos tiempos, hizo saber, a través de un comunicado, la situación de la carretera comarcal 627 -Burgos-Potes-, en el tramo comprendido entre Cervera y Piedrasluengas. Dicha situación se viene prolongando y agravando desde hace varios años, deterioro acentuado por los duros inviernos que afectan a la zona de montaña. La ejecución de la obra, proyectada para 1992, lleva camino de no cumplirse -me susurran- hasta el 94. Lo que sí se ha cumplido es el pronóstico de la asociación y de todos estos pueblos, que temían el agravamiento del estado del firme, influyendo en el desarrollo normal de esta comarca. Hace varios meses, los encargados de esta materia en el Gobierno cántabro declararon que ellos no permitirían recortes. Aquí, que yo sepa, nadie ha hecho declaraciones a este respecto, a excepción de Mañueco y fuera de esta zona; es más, aquellos, apoyados ahora por el gran Hormae