Estar en el cielo
Es una expresión que solemos utilizar cuando estamos en la gloria, cuando no duele nada, cuando el sueño es hermoso. En todo momento he procurado huir del pesimismo y más en una columna del diario, donde se necesita ahora más que nunca ilusión y gente que te anime, que la vida son dos días y no vamos a estar de plañideras de continuo. Pero no sé por qué razón, tal vez porque la peste también afecta a la razón, estos días yo no veo caridad, ni bondad, ni hermosura por ningún lado. Ahora todo el mundo busca su momento. Es probable que yo esté equivocado, y esa desconsideración que observo a manos llenas en todas partes sea puntual, no sea una apuesta general del mundo. Es posible que sea la edad, que uno con el tiempo se va volviendo raro y ve ampollas donde apenas salen unos incipientes callos. Lo cierto es que, cuando regresamos a esa normalidad tan anunciada, volví a San Salvador y me centré en la ilusión que ahora ocupa mis días, una biblioteca-museo donde hablen los libros, que siem