Algo que explicar
No sé lo que esperan ustedes de mí. Yo soy un pobre hombre nacido hace casi 60 años en un rincón de la montaña palentina, a donde vuelvo una semana al mes cuando me lo permite mi trabajo. Allí refresco las ideas y recojo las inquietudes de mis paisanos, que a veces las cosas no son lo que parecen y todo va volviendo a su cauce a medida que escuchas, que razonas, que te interesas por las cosas. Como las gentes, como el mundo, has ido del blanco al negro en muchos tramos. Como las historias que te llegan, culpando al mundo de todos los días malos y, claro, te das cuenta de que no estás solo, que aunque parezca que los demás no se involucran, también a ellos les afecta; que quien se desentiende, se condena. Cuando me llama un diputado para preguntarme qué me pasa, por qué me he puesto así en este rincón de la madeja, enseguida percibo que no ha captado mi mensaje, que mis historias no difieren mucho unas de otras, porque están ambientadas en los pueblos perdidos en la montaña; lejos