La ascendencia perniana de los Grimaldi
La llegada de sangre española a la dinastía Grimaldi puede encuadrarse, en cierto modo, en las vicisitudes por las que ha pasado esta familia en los últimos poco más de cien años, vicisitudes de índole política o sentimental, pero que permitieron de alguna manera la continuidad de la dinastía y del principado. Por Valentín Ruesga En 1889 accedió al trono de Mónaco el príncipe Alberto I, que había servido en la Marina española y que era muy conocido por su afición y su apoyo a las investigaciones oceanográficas. Tenía un solo hijo, Luis, habido de su matrimonio con María Victoria Douglas-Hamilton. Luis había nacido en Baden-Baden en 1870 y de joven había ingresado en el Ejército francés, pero ya bien entrado el siglo XX permanecía soltero y si a su muerte no tenía descendencia legítima cabía la posibilidad de que el trono de Mónaco pasase a manos del duque de Urach, que aunque de nacionalidad alemana, era el pariente más cercano de los Grimaldi. Pero Francia no podía admitir es