esMontañas

Es posible que ese vaivén de propuestas con el que nos zarandean los medios de comunicación cada cierto tiempo, sea una manera de motivarnos: a un servidor para que escriba algo y al resto para decirles que quienes nos gobiernan no dejan de pensar en nosotros; que nos comprenden, que trabajan con ahínco para que los pueblos no se queden vacíos; que ahora sí, ahora esMontañas viene con un valioso repertorio de propuestas.



Y será verdad, oiga. ¿Para qué vamos a negarlo? Lo suyo es hacer propuestas que perezcan para que luego vengan más. Propuestas que impresionen, para que a los pardillos que vivimos obsesionados con el mundo rural, nos sirva de alimento. Muchas propuestas, un mar de propuestas con una cuidada presentación. Pero como lo han hecho tantas veces, ya no dejamos que escape una lágrima de emoción por esas renovadas promesas, porque de sobra sabemos que somos abanderados de un asunto que no tiene solución. Quienes programan cosas para equilibrar la superpoblación urbana con la despoblación rural, cuentan siempre con la buena voluntad de los demás, pero la balanza se mueve obedeciendo a un momento de regresión y de abandono de los pueblos, por carencias, por falta de recursos, por lejanía de los servicios. Salvo alguna excepción, pocos van a volver para quedarse y menos cuando todas esas medidas de las que hablan no se pongan en marcha con la premura que el asunto demanda. ¿Que adelantamos con escribir un libro de mentiras? Porque no es verdad que tengamos banda ancha. Hasta para ver los canales básicos de tv tenemos que cruzar los dedos. Los ambulatorios rurales están cerrados o en proyecto de cierre. El transporte que se inauguraba hace unos meses desde Aguilar a Guardo, es una gota insignificante frente a lo que sería justo. Pero lo que es justo, no es negocio para nadie.

La gestión del patrimonio, que puede mover el turismo, es una labor de temporada, donde apenas se valora el esfuerzo de los escasos custodios que nos quedan. Son libres de prometer cosas, pero nosotros ya no vamos a creer en nada hasta que no veamos realidades.

De la serie "La Madeja", para Diario Palentino, @2018

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