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Mostrando las entradas etiquetadas como Historia

Cantamuda/Cantamuga

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Estaba yo ilusionado porque presentaba en mi blog curiosón la colegiata de mi pueblo, que ya habíamos publicado con anterioridad en este diario y que volveremos a publicar, si no hay impedimento, a primeros de año en la nueva serie que estamos preparando y en la que hacemos un recorrido por iglesias y eremitorios del norte palentino. Tuvo una excelente acogida, añadiendo imágenes nuevas de su interior servidas por mi compañero de partida y amigo José Luis Estalayo. Pero el resultado se empañó un poco porque en varios grupos de facebook se rebelaron contra el nombre del pueblo con el que yo lo nombro: San Salvador de Cantamuga. Ya he explicado muchas veces que el oficial desde hace muchos años es Cantamuda, pero que es legítimo también, que no es capricho personal, el de Cantamuga al que nos referimos muchos lugareños. Basta con que tecleen Cantamuga en el buscador para que encuentren libros, escritos y referencias de Instituciones y estudiosos al topónimo. El poeta Manolo Bores, nació

Herrando

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Aunque muchas de las escenas que aquí vamos recogiendo vienen de otros momentos de la historia, cada pueblo lo vivía de una forma. Lo digo porque hubo un tiempo en que yo recorría los pueblos todas las semanas y aprovechaba para extraer las historias que me han traído hasta este momento, lleno de nostalgia y sentimiento hacia aquellos lugares a los que regreso cuando puedo y donde imagino una vejez sin sobresaltos, entre naturaleza y libros. Repasando las fuentes, es admirable lo que cuenta mi amigo José Luis de Mier, que sigue vivo en mi memoria y en mi vida, en un libro donde también aporta su arte Damián Simal, el pintor de Quintanaluengos con el que ahora me “wasapeo” a diario. Hace dos años el pueblo de San Salvador rindió homenaje a la familia Cajigal, que heredaron el fuelle y el humor de su padre. Y cuando íbamos a Valladolid nos decía Pepe: "Guajes, a que no sabéis un pueblo que no es pueblo: La Puebla". Pues resulta que, en un pequeño libro, edición no venal, es dec

Ver dos veces las cosas

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Nace esta selección de artículos, publicados en el Diario Palentino, bajo la prescripción de diez mujeres estupendas. Es cierto que yo las he tentado al invitarlas, pero han abierto el borrador y enseguida se han sentido cómplices de la historia. Para algunas era una historia desconocida; para la mayoría, era volver a leer de nuevo, quince o veinte años más tarde, encontrando mil razones para gritar conmigo, las vicisitudes por las que pasaron sus habitantes, las relaciones con otros pueblos, el esplendor de su naturaleza que lo trastoca todo. El prólogo es miel para mis sentidos porque, sin marcar pauta alguna, han entendido lo que he repetido en tantas ocasiones, a veces, consciente de que no servirían para nada mis gritos. Sólo quien me conoce de verdad, sabe mi entrega en cuerpo y alma a remover la historia de esta tierra. Y es verdad, debo decirlo, que no estoy satisfecho, que no estoy relajado, que falta mucho por hacer, que es probable que nunca llegue lo que necesitan estos pue

Carlistas en Redondo

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La memoria tiene las patas muy cortas y ahora que uno tiene acceso a internet, va descubriendo capítulos e historias que se vivieron con cierta intensidad en el interior de nuestra tierra, historias de las que muy poco sabemos. Tengo que agradecer a Vicente Basterra los envíos que me hace desde un apartado lugar de Cantabria y en los que aparecen referencias a las dos primeras guerras carlistas en el valle de Redondo. Por tradición oral se conoce la presencia de una partida de Carlistas en el monte mosquito; hay muy débiles vestigios sobre la incursión de estos guerrilleros, pues las construcciones eran precarias, pero según el investigador perniano se conserva en aquella cumbre, en el lugar conocido como el Alto del Milanillo, una trinchera y algún corral. A mediados del pasado siglo se encontraron restos humanos en la Peña la Hoya del Anillo, situada encima del Toyo, supuestamente, restos Carlistas. La tradición oral habla también de sendos apostaderos en Prao Sordo y en Llana May

La última carta

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Ante la vida, como ante la muerte siempre hay un momento para desahogarse, si se da la ocasión o nos dejan hacerlo. Cartas como las que escribe el gallego José Mejuto desde la prisión, entre octubre de 1936 y julio de 1937, en las cárceles de Vigo, San Simón y Pontevedra. 34 cartas custodiadas en Argentina por su mujer y su nieta, y depositados los originales desde 2015 en la Real Academia Galega, fecha en la que son publicadas por la editorial Alvarellos. Pero hoy me detengo en la última carta de Balanzátegui, un condenado a muerte que Iñaki Sierra Charola, uno de sus descendientes, donó al Museo del Carlismo de Estella en 2010, al tratarse de una historia ocurrida al norte de nuestra provincia, en Valcobero, que en el censo de 1842 contaba con 30 hogares y 156 vecinos. Balanzátegui Altuna, que había nacido en Zarauz en 1816, partidario de Carlos María de Borbón y regidor de la ciudad de León durante dos mandatos (1857-1868) fue fusilado en Valcobero el 6 de agosto de 1869, en

Condado de Pernía

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Aunque sea ingente la información generada sobre nuestra comarca en los últimos años, me refiero a la historia desde la fundación de sus pueblos, siempre hay lagunas e indeterminaciones, como las hubo para nuestros antecesores. Por ejemplo, se hace una referencia constante a los Condes de Pernía, a Munio Gómez, que dominaba la comarca desde Peña Tremaya, y a Rodrigo Bustios, que habitaba en Polentinos y que fue enterrado en la Abadía de Lebanza. Hay documentos donde, efectivamente, se los cita. Es cierto que vivieron y dominaron de algún modo estas tierras, pero no se les nombra como Condes, lo que hubiera corroborado la existencia del condado antes del nombramiento eclesiástico. Uno de los criterios que se desechan, es que los Obispos no recibieron el condado de manos de los condes, que fallecieron sin hijos en el siglo XI, porque no está demostrada su titularidad. Estoy resumiendo el manuscrito de Barrio y Mier. Reinando Alfonso VIII y al hilo de varias donaciones, alguien puede

Primeras imágenes de Pernía

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En el verano de 2010, en el cuarto número de la Colección de Historia Montaña Palentina, tiene la suerte de ver la luz el que consideramos el primer reportaje gráfico realizado en La Pernía. Las imágenes datan de la primera y segunda década del siglo XX, del periodo 1905-1918, y a través de ellas podemos recrear la dureza del invierno, las tradiciones, las vestimentas, los antiguos edificios… Con poco más de treinta años, César González comienza a recorrer su pueblo y las localidades vecinas acompañado de su aparato fotográfico y de la curiosidad del reportero. Frente a la costumbre de la época de realizar retratos sobre fondos decorados, César ofrece una visión personal, llena de curiosidad, interesado en retratar los episodios cotidianos que para cualquier otro hubieran pasado desapercibidos. Lo mismo fotografía la salida de misa que la matanza del cerdo o una copiosa nevada. Otras veces, cargado de su aparato fotográfico, se desplaza hasta la Cueva del Cobre o hasta las mismísim

50 años de La Olmeda (II)

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Uno siempre lo espera todo al llegar a un lugar como este, en Pedrosa de la Vega, a pocos kilómetros de Saldaña. Para la prestigiosa revista National Geographic, se trata de uno de los doce mayores descubrimientos de la arqueología moderna. En abril de 2009 se abre al público, y quienes participaron de aquella empresa, se sienten reconfortados con el premio Europa Nostra un año más tarde. Aquel día de primeros de julio de mil novecientos sesenta y ocho, varios hombres, entre los que se encontraba el verdadero impulsor, intentaban descubrir dónde tropezaba el arado. Al quitar la tierra dicen que apareció un muro de piedra y al seguir profundizando, apareció el mosaico de una de las galerías del palacio romano." Una villa con una superficie de 4400 m2, 35 habitaciones repartidas entre la vivienda principal y los baños y 1450 m2 de mosaicos que constituyen uno de los mayores atractivos. El descubrimiento se fue haciendo tan grande y, probablemente, tan costoso, que Javier, qu

Concejo rural

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Laureano Pérez Mier, que estudia en el siglo pasado la historia de Pernía, y al que ya me he referido en numerosas ocasiones, habla sobre la concesión de estas tierras por parte del Rey Alfonso VIII a su tío, el obispo Raimundo, concesiones renovadas después por los “Alfonsos” que siguieron. Poder compartido en muchos lugares de Liébana y Pernía por el Señorío. La lucha por la posesión de Liébana, Pernía y Campoo se encuentra resumida en los numerosos pleitos que abordaron durante siglo y medio; de una parte, La Casa de Castañeda y los Condes de Siruela, y de la otra La Casa de Vega y los Duques del Infantado. Desaparecidas las necesidades y condiciones que les dieron vida, llega la nobleza, que adopta la forma hereditaria, de ahí los sucesivos condes de Polentinos y los de Pernía. Pero a mí lo que siempre me ha apasionado, la razón por la que sigo refiriéndoles a ustedes a sorbos la historia de esta tierra es el perfecto entramado de su Concejo, que nace espontáneamente, como bi

La leyenda de Ochate

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En 2009 me pongo en contacto con el escritor alavés Julio Corral, coautor del libro "Ochate, realidad y leyenda del pueblo maldito", que me remite un artículo para "Curiosón" donde se aclaran muchas de las historias que se venían contando sobre este pueblo abandonado del Condado de Treviño. El pueblo ya existía allá por el siglo XI con el nombre de Gogate y a propósito de su abandono tiene mucho que ver su enclave, situado al borde de una antigua calzada que unía el valle con un camino Real. La investigación les lleva a deducir que se despuebla porque se habilita otro camino que deja desubicado a Ochate en favor de otros pueblos. Pero la leyenda toma fama allá por los años 80, cuando el conocido escritor y periodista JJ Benítez, realiza el reportaje titulado "Ovni en Treviño", utilizando una foto que se hizo viral en aquel tiempo y cuyo autor era el escritor Pruden Muguruza, autor de un libro sobre el pueblo y que estaba convencido de que en aquel lug

Origen del Convento de Viarce

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En la Aventura Política de Matías Barrio y Mier, un ensayo sobre nuestro ilustre paisano de Verdeña, publicado en 2008 por la Tello Téllez, hago un extenso recorrido por una de las leyendas con la que Matías da testimonio de estos lugares y sus gentes. Matías habla de cómo se le aparece la Virgen a este moro y le manda en penitencia que peregrine a Roma. Juan de la Peña toma el camino de Roma y allí visita las tumbas de San Pedro y San Pablo, los lugares que dan motivo a las leyendas. Allí se convierte al cristianismo, influyendo en la decisión el fraile Álvaro Pelayo, natural de San Juan de Salnés, junto a la solariega villa de Cambados, en la actual provincia de Pontevedra y, por aquel entonces, diócesis de Compostela. Juan XXII, de quien era confesor, le anima a fundar en Viarce un Convento. Allí vivieron seis u ocho frailes y hoy todavía puede verse la distribución: el altar mirando al este, por donde sale el sol; un pequeño claustro y las celdas. Sus moradores vivieron entreg

Pueblos desaparecidos y despoblados (y IV)

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Merindad de Saldaña Los pueblos de la Montaña Palentina que pertenecían a la merindad de Saldaña se agrupaban en el Antiguo Régimen en cuatro entidades administrativas: Jurisdicción de Camporredondo, Concejo de la villa de Guardo, Concejo de los Lugares de la Peña y Concejo de la villa de Castrejón, dándose la circunstancia que los pueblos de las tres últimas pertenecieron hasta 1803 a la provincia de Toro. Buena parte de estos pueblos pertenecían a la diócesis de León, por lo que además del Becerro de las Behetrías, se puede recurrir también al Becerro de Presentaciones para estudiar los lugares desaparecidos o despoblados de aquella diócesis, mientras que el Concejo de Castrejón, en el obispado de Palencia, puede estudiarse en el Becerro de Beneficios y otros documentos de esta diócesis. Por Valentín Ruesga Herreros Analizando estas fuentes, se encuentran en esta zona occidental de la Montaña Palentina hasta diez entidades de población hoy desaparecidas o despobladas, ademá

Pueblos desaparecidos y despoblados (III)

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Merindad de Pernía Según los datos del Becerro de las Behetrías, en la merindad de Pernía figuran diez localidades ahora ya desaparecidas, incluyendo los barrios de San Martín de los Herreros, además de Villanueva de Vañes anegada por el pantano de Requejada. En el Becerro de Presentaciones se mencionan otras cuatro localidades desaparecidas anteriormente y que eran Barrio, Susilla, Robla de Arbejal y Montejo; finalmente, otros documentos acreditan la existencia del pueblo de Caminos cuanto menos hasta principios del siglo XIII, mientras que otros indicios documentales apuntan la posible existencia de un lugar de nombre no bien determinado y que parece que debía ser un barrio o anexo del pueblo de Areños. Por Valentín Ruesga Herreros No se incluye el despoblado de Miranda, cercano a La Lastra, pues no parece existir documentación que acredite haber estado habitado, sólo una leyenda que narra su despoblación, una leyenda análoga a la de Carracedo [9] . Como curiosidad, puede

Pueblos desaparecidos y despoblados (II)

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Merindad de Aguilar de Campoo Entre los pueblos palentinos de la merindad de Aguilar de Campoo reseñados en el Becerro de las Behetrías, se incluyen trece localidades ya desaparecidas o despobladas, además de los cuatro pueblos anegados por el pantano de Aguilar; en la documentación de esta villa de los siglos XII y XIII se mencionan además algunas otras localidades también desaparecidas, como pueden ser Zorita o Río del Arco; apenas se tiene información sobre ellas, siendo dudoso si eran entidades de población propias o anexos o barrios de otras más importantes, por lo que no se incluyen aquí.De acuerdo con esto, se exponen las localidades desaparecidas o despobladas de la merindad de Aguilar, mencionadas en el Becerro de las Behetrías. Por Valentín Ruesga Herreros Villalaín Despoblado entre Lomilla y Vallespinoso de Aguilar. Según el Becerro de las Behetrías era lugar solariego del infante don Tello, en el alfoz de Aguilar, y según el Becerro de los Beneficios, perte

Pueblos desaparecidos y despoblados (I)

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La documentación y también las tradiciones nos hablan en ocasiones de antiguos pueblos de la Montaña Palentina, hoy ya desaparecidos, como el bien conocido ejemplo de Carracedo, con la leyenda que narra su despoblación [1]. Por Valentín Ruesga Herreros Esto nos traslada a la Edad Media, a tiempos ya muy remotos, suponiéndose que los pueblos desaparecidos en estas épocas pudieron despoblarse como consecuencia de la epidemia de peste que asoló Europa a mediados del siglo XIV, que motivaría el abandono de los lugares menos favorecidos por su situación geográfica o por la pérdida de interés estratégico. Pero en épocas recientes, por una u otra causa, también desaparecen o se despueblan o están a punto de despoblarse de hecho y de derecho buen número de lugares de la Montaña Palentina; como ejemplos ya consumados, Villanueva de Vañes, Valsurbio y los pueblos anegados por el pantano de Aguilar de Campoo: Cenera de Zalima, Villanueva de Pisuerga, Frontada y Quintanilla de la Berzosa,

La Colegiata en medio

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Provengo de una familia de comerciantes, y aquello me sirvió para conocer cada pueblo y cada casa de Pernía y Castillería. Cuando yo era joven hicieron una casa en la parte baja del pueblo, donde se encuentra la fábrica de harinas y allí abrieron otra tienda. Entre una y otra se encontraba la iglesia. La Colegiata se encuentra en medio, por debajo de la escuela donde aprendimos las primera letras y la visión de su espadaña era visión repetida una porción de veces cada día, cada instante, un encuentro con ella en cada recado del barrio de arriba al barrio de abajo... Se atribuye la creación de esta iglesia abacial a la condesa Elvira, nacida en el siglo XI, mujer del Conde Munio Gómez, hijo menor del conde Gómez Díaz, del linaje de los Beni Gómez de Saldaña. Según me apunta el investigador Valentín Ruesga, Munio murió el año 1025, pero sigue al frente del condado su viuda como consta en documentos de la catedral de León de 1037 y 1069. Que nada tiene que ver con Fernando I, como

Una talla de regalo

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Desde hace varios años, por las impresiones recibidas al acercarme a autores y a documentos que hacían referencia al valle de los Redondos, me he sentido de algún modo obligado a recuperar historias que me emocionan todavía, que sacuden la indiferencia que pesa sobre estos apartados rincones, que ahonda en ese bosque inmenso que se le abre al caminante; en ese valle que emociona, que aprisiona, que atrapa cuerpo y mente. Parecida admiración sienten los Condes de Siruela. Según los documentos que se conservan en el Archivo Histórico Nacional y en el Archivo General de Simancas, donde se hace alusión al testamento de Leonor de Mendoza, condesa de Siruela, mujer del primer conde, Juan Velasco, a ellos se les atribuye la fundación de una iglesia y convento -que podría ser el de Viarce- a finales del siglo XV, y que serviría para acoger a los eremitas franciscanos que vivían en el valle desde 1320. Sebastián de Miñáno, en 1826, ya lo menciona en su diccionario: “En su término [de Re

Agravios y desmentidos del pasado

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El día 8 de Agosto de 1929, Frutos Martínez, corresponsal del "Día de Palencia", desmiente lo que otro entusiasmado cronista ha contado de Alba de los Cardaños, con motivo de la fiesta que tuvo lugar el 24 de Julio de aquel año. Se menciona allí una cofradía de 400 miembros, cuando en realidad sólo tiene 204, que ya es una cantidad significativa que nos lleva a imaginar aquellos lugares hoy casi despoblados en su punto más álgido. No es verdad, señala el corresponsal, que se ofrecieran novillos al Santo, ni gallinas, a excepción de seis corderos. Por aquellos mismos años, el redactor del "Diario Día" adelanta una noticia que será un bálsamo para este lado de la montaña. El diputado por el distrito de Cervera de Pisuerga, Ramón Álvarez Mon y Basanta, aunque natural de Mondoñedo (Lugo), abogado de profesión, obtiene en la legislatura de 1918 a la que se presenta por el partido romanonista, 4423 votos y media de forma resolutiva para que se cree el servicio de co

La Casona de El Campo

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Hubo en el pueblo de El Campo una casona o casa solariega construida en el siglo XVIII, cuyo propietario a mediados de esta centuria era Santiago Gómez Inguanzo, miembro de una influyente familia perniana, de la que en tiempos ya más recientes otro miembro, Ángel Gómez Inguanzo, fue diputado a Cortes y también presidente de la Diputación de Palencia en 1911-1913, llevando su nombre una plaza de Cervera de Pisuerga. Por Valentín Ruesga En 1758 Santiago Gómez Inguanzo vendió la casona y otras heredades en El Campo a Domingo de Rábago Gutiérrez, natural de Lombraña, Polaciones, y futuro conde de Rábago, por una suma total de 243.600 reales, según consta en documentos de la Real Chancillería de Valladolid. La casona, además del edificio principal, tenía como anexos una capilla dedicada a San Antonio y varias caballerizas y corrales, construidas estas edificaciones rodeando una explanada o plaza abierta por el lado sur. Domingo de Rábago había emigrado a México hacia el año 1748, r

Sobre el Condado de Pernía (y V)

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La escritura que comentaba la semana pasada, la firmaba Raimundo en la Abadía de Lebanza en las navidades de 1166, quince años antes de recibir en donación por parte de su tío, el rey Alfonso, todos los monasterios e iglesias, con sus villas y heredades. No es que revista mayor importancia, porque aquello ya es historia y nada queda de aquellos sistemas de gobierno, ni siquiera los pequeños conatos de los envidiables y democráticos Concejos, pero no entiendo la admiración que la figura del obispo despierta en el auditor de la Rota que en 1934 se deshace en elogios calificándolo de Mecenas de Pernía, todo en base a que, en su largo pontificado, que duró casi cuarenta años, se llevara a cabo la reconstrucción de la Abadía y la reedificación de la iglesia y el claustro de la misma, sin recabar en el esfuerzo que hacía el pueblo, verdadero artífice de que se llevaran a cabo aquellas obras con sus limosnas y trabajos. Y con qué liviedad lo publicitan además el colectivo del Arzobis