El conjuradero

Gonzalo Ortega, escritor y periodista que creció en esta casa y se prodigó con sus historias por las nuestras, recordaba en su "Solana" hace unos días los métodos que se utilizaron en muchos pueblos y ciudades de España para alejar los nublados, sobre todo en zonas cerealisticas.


Pero los conjuradores estaban  en todas partes, en cualquier lugar del mundo, como bien expone el mejicano Jacinto de la Serna en su "Tratado de las idolatrías, supersticiones y costumbres" donde se habla de los conjuradores a quienes los indios pagaban con reales o "pulque" para que ahuyentasen mediante sus conjuros las tempestades que amenazaban a sus mieses. En aquella cultura se les conoce también como graniceros.

Una tormenta podía causar tal destrozo que hasta en las casas se preparaban auténticos rituales para luchar contra ella: se quemaba laurel, romero o tejo o se encendían las velas bendecidas en "Las Candelas". Leo en un número de la Fundación Joaquín Díaz que en algunas zonas de León se utilizaba la Cruz de Caravaca como preventivo brujeril; en la Maragatería, los cuernos de coral rojo... Cuenta Turienzo Martínez que, en La Válgoma, era muy nombrado el tío Roxo por su manera de enfrentarse a las nubes, en medio del corral, con los palos de limpiar el horno en forma de cruz y entonando plegarias. Varios autores explican el uso de la sal en la Región de Murcia; los restos de Arboles, denominados "nochebuenos" y donde se deducía que el humo que se desprendía al quemarlos desviaba la trayectoria de los nubarrones; los cantos rodados de los ríos o los propios instrumentos agrícolas...

Viene este asunto a cuento porque visitando el pasado año los pueblos de la zona norte, destellos e historias que ahora vamos descubriendo en la sección de los domingos, nos encontramos con el Conjuradero de Cozuelos de Ojeda que, junto al de Cuenca de Campos (Valladolid) y los de Pozas de la Sal y Villegas (Burgos) son los únicos que han llegado hasta nuestros días.  La de Cozuelos es una construcción atípica que se localiza en el exterior de la iglesia y que aquí se conoce como "conjuradero de nublos".

Para la sección "La Madeja" en "Diario Palentino"
Imagen: Cozuelos de Ojeda, por @José Luis Estalayo

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