Esperando al rey

Ojeando un poco en redes y medios de comunicación he visto opiones para todos los gustos. Gente que ha abandonado la lectura antes de llegar a la mitad, personas que se sienten defraudadas por la historia que cuenta y una mayoría de lectores que se muestra satisfecha con esta irrupción en nuestra historia de un famoso humorista, pero sobretodo de un paisano de derecho, que ha removido la historia actual bajo los cimientos de la historia vieja. Que nos ha romanizado un poco a todos, que nos ha robado un poco los sentidos por ese amor que se le nota pregona y siente tanto hacia Aguilar y sus contornos.





Estamos en el mismo barco, tal vez uno en la proa y otro popa, confundidos por tanta belleza como se muestra mires a donde mires, preguntándonos a veces si no estará fuera de sí tanto entusiasmo, si no estaremos confundidos, si no seremos bichos raros que van por ahí pregonando a voz en grito una tierra que, cosa rara, muere, como sus gentes, cuando es obvio que la tierra siempre nos sobrevive.

Hace unos años, en una sección semanal que yo alimentaba en este mismo diario titulé así un artículo, "esperando al rey" y, aunque no soy monárquico, sugería a las autoridades palentinas que llamasen al rey, que le pusieran en antecedentes de lo que aquí ocurría, justo en un momento en la que el entonces príncipe, según las hemerotecas y diarios de la época, se paseaba por nuestra montaña.

La historia se puede abordar de muchas formas y hubo épocas de actividad intensa, donde seguramente fue emocionante presenciar la construcción de templos como el nuestro de San Salvador, canteros relatando la historia a fuego sobre piedra, labriegos emocionados al ver despuntar una espadaña, sacerdotes entregados ante el altar de una sola pieza que tanto emocionó a tanta gente... Voy a ponerme en la lectura y les cuento mis impresiones sobre la llegada de ese rey de Peridis a esta Tierra.

De la serie de Froilán de Lózar "La Madeja", para "Diario Palentino" y "Globedia".

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