Carta europea

Llevo muchos años exponiendo historias, con un planteamiento firme de llevarlas tan lejos como sea posible. Que la montaña se pronuncie, que resuene, que se mueva en esa especie de boca a boca que tantos buenos paños rescató del pasado.



Pero sucede que nunca es suficiente como prueba lo que se encuentra y lo que se cuenta, por más valor y enjundia que atesore. No se ponen de acuerdo gobernantes y expertos en el mejor modo de administrarlo, acudiendo de tiempo en tiempo a proyectos que se presentan como empujones para venderla al mundo.

Es la conclusión que saco de esa apuesta reciente por la calidad que ahora se persigue de cara a obtener la carta europea de turismo sostenible. Y lo que sorprende es la contradicción en la que entran muchas de las personas que ahora se suman a la puesta en marcha de ese sistema de calidad.

Quienes se oponen a San Glorio, vuelven la cara sorprendidos al ver entre los promotores de esta iniciativa a personas que han apoyado la estación de esquí, al tratarse según éstos de un proyecto agresivo que no cabe en un programa sostenible.

Es evidente que el turismo es el futuro de estas tierras. Que se ha ido avanzando en algunos proyectos que, con lentitud, van dando sus frutos, lo que con una buena promoción no sólo servirá para atraer nuevos turistas, sino, sobretodo, para abrir la puerta a nuevos retos.

A mi me parece interesante que se abran nuevos caminos, que nuestra montaña vaya ganando adeptos, pero creo que sigue faltando la resolución, la puesta en marcha de esas historias. Que las cartas no se queden en eso, para que quienes nos han dejado tan precioso legado, y quienes tantos años han luchado por mantenerlo, vean por fin encauzado su sueño.

Para la sección "La Madeja", en "Diario Palentino" y "Globedia"
Imagen: @De Pumar, 2013

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