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El bosque de Roberto

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Por aquellos días ya andaba Robert Wagner investigando por el contorno, hasta topar con el paleobosque de su vida. Emiliano Vega, el presidente de nuestra asociación, nos invitaba a tomar parte en el reportaje que se estaba preparando sobre el bosque de fósiles de Verdeña. Allí estaba Roberto, miembro honorífico de “fuente cobre”, disertando sobre un antiguo mar cuyo bosque revuelto salió a la luz en aquellas catas mineras que propiciaron el descubrimiento. Nuestra curiosidad no daba crédito. Aún hoy, cuando emprendo el camino que me lleva a este punto; cuando vuelvo a recorrer aquel sendero de Verdeña, uno de los pueblos más encantadores de nuestra montaña, el mar del que hablaba tan apasionadamente Roberto Wagner, todo me parece un trozo de aquel sueño; las marcas de la pared, restos de árboles retorcidos por un tremendo cataclismo que cambió todo, aquel camino como parte de un cuento; un lugar, en definitiva, al que nunca llegará ese soñado cambio que implica el movimiento de las p

Lo que quepa en un gesto

Es verdad que con los años, aquel sueño "fiero", que diría el argentino, ha ido dejando paso a una espera paciente, a un disimulado conformismo, porque no hay más aldabas de las que agarrarse y porque uno se pierde en formulismos que a ningún puerto nos conducen.


Veinte años han pasado desde que se habló de dotar de una carretera digna a la zona norte, que nos comunique con Cantabria y que, de haberse realizado entonces, hubiera sido un paso apetecido por muchos turistas que se acercan a Potes. Ya no se trata de dotar a estos núcleos de un camino digno, cada día más necesario para surtirse de víveres o acudir a la consulta de un médico; se trata de hacerlos atractivos, ayudar de alguna forma a recuperar el entusiasmo por vivirlos, darlos a conocer a muchas personas que siguen dudando que en Palencia exista una montaña. Escribe un internauta en un foro: ¡A ver esas fotos, que yo todavía no me creo eso de que hay montaña en Palencia!.

Acaso no sea la solución definitiva, ya sabemos que ni un milagro impedirá una despoblación que ya estamos experimentando y para la que no ha servido ninguna de las medidas desarrolladas por el gobierno castellano. Y por otros gobiernos en otras regiones, que el gusano avanza como un cáncer por toda la geografía nacional.

Leo los viejos artículos que remitían a este diario paisanos nuestros de la talla de Mariano Cajigal; los pleitos, tan sumarísimos entonces, donde se pedía tributos para llevarle al rey, cuando tan apretados vivían, soportando los severos inviernos y siempre mirando al cielo, con las rogativas en los labios.

Han tardado veinte años en planificar el arreglo de una carretera comarcal, vía esencial de comunicación para estos pueblos. ¿Tardarán otros 20 en repararla? Hemos avanzado tan poco al cabo de cien años, que con cualquier gesto la gente se sentiría complacida. Ya nadie espera mucho más a estas alturas: una imagen en la memoria, una mirada retrospectiva, ya digo que un simple gesto que haga justicia a tantos años de sueño fiero, inexplicablemente sin respuesta...
@Diario Palentino, Nueva Época, 2010

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